Importancia de la deforestación: efectos directos en el cambio climático
Published on 20 de agosto de 2025

La deforestación, o la tala masiva de árboles y vegetación en los bosques del planeta, se ha convertido en una de las principales amenazas para la estabilidad climática global. Aunque suele abordarse como un problema ambiental aislado, su vínculo con el cambio climático es directo, profundo y urgente.
Según datos recientes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), la deforestación es responsable de aproximadamente el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Esto ocurre porque al talar los árboles se interrumpe su capacidad natural de absorber dióxido de carbono (CO₂), uno de los principales gases responsables del calentamiento global. Peor aún, durante el proceso de tala y quema, grandes cantidades de CO₂ se liberan a la atmósfera.
Además de aumentar las emisiones, la deforestación también altera los ciclos del agua, reduce la humedad en la atmósfera y provoca cambios en los patrones de lluvia. Esto afecta la agricultura, el acceso al agua y aumenta la frecuencia de fenómenos extremos como sequías, incendios forestales e inundaciones.
América Latina, el sudeste asiático y África central son algunas de las regiones más afectadas. La pérdida de la Amazonía, por ejemplo, no solo tiene impactos locales, sino que altera los equilibrios climáticos a escala continental y mundial.
Frente a esta problemática, expertos señalan la urgencia de adoptar políticas de conservación, reforestación y desarrollo sostenible.
También es fundamental involucrar a las comunidades locales, frenar la expansión descontrolada de la agricultura industrial y exigir mayor responsabilidad a las industrias que dependen de materias primas derivadas de la deforestación.
La lucha contra el cambio climático no será efectiva si no se detiene la deforestación. Proteger nuestros bosques es proteger nuestro futuro.